¿Por qué Tintoretto? 🤔

Tintoretto (Jacopo Comin), fue un artista italiano que desarrolló su trabajo, principalmente, en Venecia. Se decía de él que tenía el diseño de Miguel Ángel y el color de Tiziano, quien fue, brevemente, su único maestro. Su padre lo llevó ante el artista veneciano luego de que el pequeño Jacopo haya pintarrajeado las paredes de su tintorería.

Dato » David Bowie, propietario de un Tintoretto, lo definió como un «Proto rock star».

El Lavatorio, 1548-1549 (Museo del Prado de Madrid, España).

La expresión artística de Tintoretto, enérgica y vehemente, le valió el mote de «Il Furioso». Según palabras de quienes han estudiado su trabajo, el artista buscaba transmitir emociones más que adaptarse a ciertos cánones de belleza de la época. Tintoretto «hacía hablar a los cuerpos» a través de escorzos, claroscuros más que interesantes y visiones irónicas y desenfadadas.

Era un estudioso del espacio donde se emplazarían las obras y el impacto de las luces, sombras y puntos de vista del observador. Como soporte de esta búsqueda probaba sus composiciones en pequeños teatros con figuras de cera.

Fue reconocido, también, por la gran dimensión de muchas de sus obras.

La Crucifixión, 1565 (Scuola di San Rocco, Venecia, Italia). 518×1224 cm

Por todo esto, consideramos al arte de Tintoretto un modelo para nuestras producciones, anteponiendo, la emoción y el impacto en el observador y el medio, a los cánones de belleza. Por ello, también lo sentimos cercano a nuestro ideal del arte como conductor de emociones, como «conductor evolutivo masivo»: Tintoretto interpela al contexto y al sujeto contemplativo.